Los mariscos son considerados milagrosos, y con mucha razón. Este es un alimento rico en proteínas, a menudo bajo en grasas saturadas y la mejor manera de obtener grandes cantidades de ácidos grasos omega-3 beneficiosos para el corazón.
Pero los mariscos son propensos a dañarse rápidamente. Especialmente cuando se consumen crudos, presentan preocupaciones especiales de seguridad alimentaria.
Los consejos que te daremos a continuación, te ayudarán a obtener los beneficios para la salud del pescado y los mariscos, reduciendo al mismo tiempo los riesgos.
Compra, almacena y prepara de manera segura:
- Conoce las señales de deterioro. Los mariscos son más perecederos que la carne o el pollo, así que verifica antes de comprar. El pescado debe oler suave y fresco, no a pescado o agrio.
- No descartes el pescado congelado. Congelar el pescado justo después de haberlo atrapado ayuda a mantener su sabor y humedad. Por lo tanto, el pescado congelado puede ser un producto de mayor calidad que el fresco.
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- Compra limpio. Mantén los mariscos separados de otros alimentos en tu carrito y bolsas de compras, para que las bacterias que podrían estar en el pescado no se propaguen a otros alimentos.
- Sé inteligente con la temperatura al servir. Refrigera los mariscos cocidos dentro de una o dos horas. Para los mariscos servidos fríos, como en un cóctel de camarones o ensalada, mantenlos refrigerados hasta que te los vayas a comer.
- Deshazte de los mariscos si no estás seguro de que esté bien. Si no sabes o no puedes confiar en cómo se almacenaron, prepararon o mantuvieron tus mariscos antes de cocinarlos, ve por lo seguro y deséchalos. Eso es mejor que correr el riesgo de una enfermedad transmitida por alimentos.
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