La depresión causada por COVID-19 debe ser identificada oportunamente

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Un nuevo estudio de la Universidad de Oxford, publicado en la revista The Lancet Psychiatry; reportó a partir de los registros de salud electrónicos de más de 236.000 pacientes afectados por la COVID-19; que al 34 % se le había diagnosticado una afección psiquiátrica o neurológica en los seis meses posteriores a la infección con el coronavirus.

La interpretación no es sencilla. La depresión podría ser la consecuencia de la COVID-19 per se o bien el resultado de la soledad; el aislamiento, la claustrofobia, el temor a infectarse, al sufrimiento y a la muerte. Tanto propia como de los seres queridos así como el dolor tras el duelo y las preocupaciones económicas como resultado de la pandemia.

Es posible evaluar secuelas neurológicas o psiquiátricas mediante el estudio de Espectroscopia por Resonancia Magnética; dado que la enfermedad produce estrés oxidativo e inflamación que podrían identificarse con esta metodología.

El alerta lo expresó, Arturo Alvarado Pisani, doctor en Ciencias Fisiológicas y Médicas; Magister Scientiarum en Farmacología,  con estudios de Postdoctorado en Bioquímica Cerebral. Realiza la Espectrocopia, una aplicación de la Resonancia Magnética para estudiar el metabolismo cerebral.

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“La depresión clínica es un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante un período de algunas semanas o más. Igualmente cambia la forma como el cuerpo trabaja. Es causada por variaciones en los neurotransmisores cerebrales alterando así la neuroquímica del cerebro. La afección puede empezar durante o después de un hecho doloroso en su vida”; sostuvo el especialista.

Afirmó, que en el cerebro se producen alteraciones en los marcadores que indican cómo está la integridad de la neurona: cómo se encuentra la síntesis del neurotransmisor GABA o Ácido gamma-amino-butírico. Lo cual puede generar cambios en la excitabilidad neuronal del cerebro de cada paciente.

“Este procedimiento es de mucha ayuda para saber si la persona tiene deficiencia de glutamina, ácido glutámico y taurina, entre otros”.

EQUIPO MULTIDISCIPLINARIO

El experto recomendó trabajar con un equipo multidisciplinario para tratar la depresión post COVID-19. Entre quienes deben estar un psiquiatra o neurólogo, radiólogo, farmacólogo, bioquímico, nutricionista y psicólogo; Alvarado Pisani forma parte del equipo del Centro Diagnóstico Docente, CDD Las Mercedes, dirigido por Wilson Mourad, médico especialista en vías digestivas.

“Quien realiza la espectroscopia, presenta al psiquiatra opciones terapéuticas como modificaciones metabólicas; o nutricionales para que al seleccionar el antidepresivo pueda tener mayor probabilidad de  éxito desde el punto de vista farmacológico”, expresó el especialista.

“Puede suceder, que el psiquiatra prescriba fármacos como escitalopram, venlaflaxina, fluoxetina, paroxetina o sertralina, esperando que el paciente responda  en dos o tres semanas. Pero si el ambiente bioquímico del entorno celular al cual debe llegar el fármaco no está en condiciones adecuadas; probablemente va a fracasar en su acción antidepresiva, lo cual hace que se entre en una suerte de ensayo y error,  de cambiar un antidepresivo por otro y que el paciente no mejore sustancialmente”.

Manifestó que “no se van a sustituir las drogas que farmacológicamente se usan para esta afección. Solo tenemos que estar conscientes de que a la hora de prescribir; hay que saber si el paciente tiene su entorno bioquímico neuronal receptivo para que esa molécula pueda hacer efecto”.

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