Las manchas marrones pequeñitas que generalmente vemos en el rostro son a causa de la hiperproducción de melanina, la cual es un mecanismo de defensa para protegerse de los radicales libres que produce la radiación solar. Esta pigmentación se hace desordenada por lo que genera un exceso de producción y un reparto irregular de la melanina que desemboca en la aparición de manchas hiperpigmentadas.
De acuerdo a información publicada por Ámbito, las principales causas de la aparición del melasma son: Embarazo, excesiva exposición al sol, ingesta de anticonceptivos que alteran el correcto funcionamiento de los melanocitos, ingesta de medicamentos fotosensibles o el envejecimiento.
Zonas del rostro que más sufren el melasma
Generalmente aparecen en las zonas expuestas al sol: frente, mentón, labio superior, mejillas, cuello y antebrazos. La enfermedad se clasifica en melasma epidérmico, dérmico y mixto (Moderado o grave). Además según la localización facial: centrofacial (frente, nariz, labio superior y mentón), malar (mejillas), mandibular (en la zona maxilar).
¿Cómo diferenciar el melasma de otras manchas? Los melasmas manchas son adquiridas, crónicas, simétricas y tienen los bordes irregulares. Pero otras manchas como los lentigos solares o las manchas de envejecimiento poseen forma de óvalo, aparecen solos o en grupo de 3 o 4, afectan a cara, manos, brazos, hombros y se ven más en pieles claras de mujeres y hombres.
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Nuestro organismo elabora dos tipos de melanina (responsable de dar color a la piel); la feomelanina (de color rojo, anaranjado o amarillo) y la eumelanina (va de marrón oscuro a negro). Esto supone una gran variedad de tonos de la piel. Para poder controlar un exceso de melanina y, por tanto, la aparición de manchas, podemos recurrir a despigmentantes como el ácido tranexámico, ácido kójico, ácido tióctico, antioxidantes como las vitaminas C y A, entre otros.
Estos activos los podemos encontrar en cremas de aplicación tópica (con asesoría médica) En el tratamiento del melasma es importante tener en cuenta esta combinación de terapias, pues es de especial dificultad y hay que reseñar al paciente que son tratamientos largos, que deben individualizarse en función del problema y el tipo de piel. Hay que interferir la biosíntesis de melanina e inhibir la tirosinasa, evitar y aclarar pigmentaciones indeseadas y unificar el tono de la piel, además de potenciar la actividad antioxidante.
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