Un adolescente estadounidense de 15 años ha sido detenido esta semana por presuntamente asesinar a su madre a puñaladas. De acuerdo con su testimonio, se había «inspirado» en la serie antológica ‘Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez’ de Netflix.
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Esta serie está basada en los hermanos parricidas que mataron a sus padres en la mansión de Beverly Hills en el año 1989.
En este sentido, Reed R. Gelinskey fue acusado este jueves de homicidio intencional en primer grado por la muerte de su madre, identificada con las iniciales de SG, en su casa de Caledonia, un suburbio de Milwaukee, Wisconsin, señala la denuncia realizada por los fiscales, citada por medios locales.
Al respecto, los documentos judiciales, afirman que la policía acudió al domicilio la noche del 4 de marzo después de que una persona avisara las autoridades que recibió un mensaje por la aplicación Snapchat del joven con una foto de una mujer acostada en un charco de sangre.
Al llegar al lugar, los oficiales relataron que fueron recibidos por Gelinskey, quien dejó caer un cuchillo de cocina en la puerta. Apenas lo vio, el adolescente, con la ropa manchada de sangre, confesó el crimen y le pidió al agente que «lo mataran».
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Tras ser detenido, el menor relató que el día del homicidio, llegó a la escuela «deprimido» y tomó varias pastillas para la ansiedad. Tras la cena, la víctima se sentó en el sofá mientras su hijo ponía la serie de Netflix en televisión.
«Gelinskey afirmó que luego ideó el plan para matar a sus padres. Aseguró que se le ocurrió al ver la escena de la escopeta» destacó la denuncia.
Transcendió que golpeó a su madre en la cabeza dos veces con una mancuerna y luego la apuñaló 5 veces. Según su declaración, su plan original era asesinar a su padre cuando este regresara del trabajo, pero no encontró un martillo «suficientemente grande».
EL CASO DE LOS HERMANOS MENÉNDEZ
Para agosto de 1989, los hermanos Menéndez acabaron con la vida de sus padres. Mientras sus progenitores, José y Kitty Menéndez, se encontraban en la sala familiar de su vivienda, les propinaron varios disparos a quemarropa con una escopeta.
A pesar de que admitieron el parricidio, insisten en que lo hicieron en defensa propia, después de estar expuestos toda una vida a abusos físicos, emocionales y sexuales por parte de sus padres.
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