El ministro de Seguridad Pública de Panamá, Frank Ábrego, informó que al menos 45 migrantes han muerto en lo que va de 2024 al intentar cruzar la peligrosa selva del Darién.
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Ábrego confirmó estas cifras tras recorrer comunidades como Cañas Blancas, Bajo Chiquito y Lajas Blanca. Ahí se encuentran albergues que brindan ayuda humanitaria a los migrantes.
Además, el funcionario advirtió nuevamente sobre los peligros mortales de esta travesía, que incluso afecta a los agentes del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront).
El número de fallecidos no se conoce con exactitud, pero la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) estima que entre enero y julio de este año. Unas 135 personas murieron o desaparecieron en el Darién, principalmente por ahogamiento.
Este flujo migratorio viene en aumento en los últimos años, alcanzando cifras sin precedentes, con 520 mil personas cruzando en 2023.
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Se prevé que este número sea superado en 2024, a pesar de los esfuerzos para frenar la migración. Un estimado de 230 mil personas ya habrían atravesado la región en su camino a Norteamérica este año.
Autoridades panameñas señalan que detrás de esta crisis humanitaria se encuentran organizaciones criminales que, a través de «coyotes», guían a los migrantes por la selva solo para abandonarlos en condiciones extremas.
El nuevo gobierno de Panamá, que asumió el poder el 1 de julio, implementó varias medidas para contener esta ola migratoria, incluyendo acuerdos con Estados Unidos para la repatriación de migrantes y la instalación de barreras en puntos clave para canalizar el flujo.
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