La Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) alertó el sábado 14 de octubre que más de 2 millones de personas en la Franja de Gaza se están quedando sin agua potable. Esto, debido al bloqueo de la entrada de ayuda humanitaria al enclave por parte de Israel.
Philippe Lazzarini, comisario general de la UNRWA, calificó la situación como de vida o muerte, por lo que insistió en que es necesario hacer llegar combustible a Gaza.
«El combustible es la única manera de que la gente tenga agua potable en la Franja de Gaza. De lo contrario, la gente empezará a morir de deshidratación grave, entre ellos niños pequeños, ancianos y mujeres. El agua es ahora el último sustento que queda. Hago un llamamiento para que se levante ahora el cerco a la asistencia humanitaria”, pidió el representante de la UNRWA.
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La agencia de la ONU denunció que no se permite la entrada de suministros humanitarios a Franja de Gaza desde hace una semana, por lo que casi el total de su población “está en riesgo”.
POSIBLE BROTE DE ENFERMEDADES
El agua potable se está acabando en la Franja, después de que su planta de agua y la red pública dejará de funcionar, mientras que los gazatíes se están viendo obligados a utilizar agua sucia de pocos, algo que además aumenta el riesgo de contraer enfermedades.
Asimismo, desde el 11 de octubre, Gaza sufre un apagón eléctrico, por lo que los generadores de agua no pueden funcionar para el suministro.
El agua se está acabando incluso en la base de la ONU en el sur de la Franja, donde la UNRWA ha tenido que trasladar sus operaciones debido al ultimátum de Israel a los palestinos del norte del enclave de evacuar hacia el sur ante una inminente incursión terrestre contra las instalaciones y operativos del movimiento islamista Hamás.