«No pasé por mi casa, pero me dijeron que ahora es un terreno baldío», lamenta Lupita Ferrer mientras recuerda la visita a su natal Maracaibo. La ciudad que le rindió un homenaje confiriéndole la Orden Lago de Maracaibo en su Primera Clase, otorgada por el gobernador Manuel Rosales.
Tras recibir la más alta distinción del Zulia, Lupita agradeció el gesto y lo dedicó a Atilio Ferrer, su padre, un comerciante de fina estirpe de Maracaibo, ya fallecido, que contribuyó con la prosperidad de la capital petrolera, publicó el periodista Nestor Luis Llabanero en su blog.
La protagonista de Dramáticas, un dramedy producido por Daniel Ferrer Cubillán para Venevision y otras plataformas, fue celebrada también con una curiosa estrella en el paseo de famosos del Teatro Baralt, donde la artista debutó como actriz a los 13 años de edad.
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«A Maracaibo la encontré muy mal, a Maracaibo la veo destruida», manifiesta con un genuino tono de pesar: «El gobernador me trató muy bien, me dio un homenaje muy bonito, pero es que el señor Rosales dice que le ha costado mucho, incluso rehacer el edificio de la gobernación».
Lupita, de pie, frente al ventanal de la terraza del Hotel Pestana, donde se dio este encuentro, se extasía mirando el Ávila y celebra la belleza natural de Caracas, pero enseguida reflexiona en soliloquio:
«Yo lo que no entiendo es por qué tratan de destruir la principal industria del país (el petróleo), eso sí es impresionante, porque cómo matas la gallinita de los huevos de oro. ¡Ay, paisano, cuántas cosas nos ha tocado ver a los venezolanos! Bueno, hay que seguir viviendo».
Entrevista completa en Iconos Rotos.
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