Tras dos años de pandemia por el COVID-19, para 2022 la mayoría de los analistas esperan una recuperación sostenida de la economía global. Sin embargo, según Bloomberg, varios factores que podrían obstaculizar esa expectativa.
De acuerdo a expertos de Bloomberg, pese a los pronósticos optimistas, el mundo podría ser sorprendido otra vez. Esto, debido a que «los años del COVID-19 están plagados de predicciones que no se volvieron realidad».
En caso de que Ómicron resulte más infecciosa y mortal que las anteriores, la economía mundial sufriría un tropiezo en el camino de la recuperación.
Posibles regresos a duros confinamientos podría llevar en 2022 a una desaceleración del crecimiento de la economía; desde el pronóstico base del 4,7 % al 4,2 %. En ese escenario, la demanda sería más débil y persistirían los problemas de suministro y logística.
Bloomberg asegura que debe considerarse la amenaza de una inflación rígida, que podría ser incentivada por un aumento rápido de los salarios en Estados Unidos.
NUEVAS OLAS DEL COVID-19 Y LA ECONOMÍA
La aparición de nuevas olas del COVID-19 y la agudización de las tensiones geopolíticas podrían elevar los precios del gas y el petróleo, lo que, a su vez, desencadenaría el crecimiento de los precios de la mayoría de las mercancías. Y en caso de que la Reserva Federal de EEUU tome la decisión de aumentar las tasas de interés, los mercados de los países en desarrollo podrían enfrentar problemas económicos adicionales por el retiro de capitales.
Además, los expertos de Bloomberg señalaron que una combinación de los efectos del COVID-19 y las condiciones climáticas elevaron los precios mundiales de los alimentos, tendencia que seguiría persistiendo en 2022.
El hambre es un impulsor histórico del malestar social, recuerda Bloomberg. La última crisis de precios de los alimentos, en 2011, condujo a una ola de protestas populares en Medio Oriente. Muchos países de la región siguen expuestos al problema de la escasez de alimentos.
BLOOMBERG: HORA DE APRETAR EL CINTURÓN
En 2020 y 2021, los gobiernos gastaron una cantidad considerable de dinero apoyando a los ciudadanos y los sectores de la economía afectados por la pandemia. Muchos países planean ‘apretarse el cinturón’ el año que viene. El retroceso del gasto público en 2022 ascenderá a 2,5 % del PIB mundial, aproximadamente cinco veces mayor que las medidas de austeridad implementadas después de la crisis financiera de 2008, que posteriormente ralentizaron el crecimiento de la economía mundial.
Según Bloomberg, cualquier escalada entre China y Taiwán en 2022, desde el bloqueo hasta la invasión directa, podría repercutir sobre otras potencias mundiales, principalmente Estados Unidos. En ese caso se impondrían sanciones económicas que congelarían los lazos entre las dos economías más grandes del mundo, además de precipitar, entre otras cosas, un colapso en la producción de semiconductores en Taiwán.
Bloomberg hizo hincapié en que la solidaridad entre los líderes que respaldan el proyecto europeo ha ayudado a la UE a sobrevivir a la crisis del COVID-19. Sin embargo, si los euroescépticos llegan al poder en Francia e Italia en 2022, el bloque podría enfrentar una nueva crisis de la zona euro.
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