Sus amigos lo definieron, hace 15 años en ocasión de su muerte, como un corazón demasiado grande en el tamaño que tenía. Eso da una pista de lo que significó Honorio Torrealba en la vida de muchos.
SÍGUENOS EN INSTAGRAM: [CLIC AQUÍ]
El actor larense, que nació el 29 de junio de 1950, comenzó a finales de los años 70 como humorista. Si bien tenía una chispa propia que lo hacía brillar en ese ámbito, fue con las imitaciones que se consolidó.
Llegó a un casting en Radio Caracas Televisión donde buscaban un imitador del cantante Rolando la Serie. Él quedó y, a partir de ahí, comenzó el desfile de figuras que encontraron en él su alter ego.
Desde Musiú Lacavalerie, hasta el más icónico, el narrador deportivo Carlitos González. Torrealba se metió también en la piel de otras figuras como Felipe Pirela, Gonzalo Barrios o José Feliciano. Se daba por igual en cualquier campo. Incluso con personajes inéditos costumbristas como la dupla que armó junto a Irma Palmieri.
Pero su trabajo no se limitó a Radio Rochela. Fue uno de quienes acompañó a Carlos Villagrán durante su paso por Venezuela. En la serie de Federrico, evocaba al niño pobre de una pensión en una barriada venezolana. Sin llegar a llamarse como El chavo.
También pasó por Venevisión, canal al que llegó de la mano de Joselo y donde hizo su último personaje icónico. Se trató del sketch de Rosendo y Gregorita, donde interpretaba a esta última que lo amenazaba con darle arepa.
En 2010, a los 60 años, murió por complicaciones derivadas de la diabetes. Sus compañeros lamentaron su partida. Mientras que su hijo, del mismo nombre y también humorista, mantiene vivo su legado.

ESTAMOS EN WHATSAPP: [EMPIEZA A SEGUIRNOS YA]
SUSCRÍBETE A NUESTRO CANAL DE YOUTUBE
ÚNETE A NUESTRO TELEGRAM AQUÍ