En los últimos días un presunto primer caso de canibalismo ha causado gran conmoción en la sociedad chilena, lo que ha trascendido a medios internacionales.
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En total hay cuatro personas detenidas, entre ellas el presunto autor material del hecho, Benjamín Bordillo Catrimán, de 25 años, descrito por la policía como un delincuente “violento y manipulador».
El sujeto se apropió una vivienda en la comuna santiaguina de Pudahuel utilizándola para vender y acopiar estupefacientes, relegando a su verdadero dueño a un cuarto en el fondo.
En dicha vivienda, Bordillo habría asesinado brutalmente a Bernarda Morales (45) y a su pareja, Arturo. Luego, ayudado por sus cómplices, descuartizó sus cuerpos y los enterró en un terreno baldío, restos que fueron hallados casi dos meses después.
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“Los tenía secuestrados y les pegaba. Al Arturo lo degolló entero… A ella también, todo lo mismo», reveló uno de los cómplices que confesó todo a la familia de la mujer.
Fueron los allegados de Bernarda quienes excavaron con sus propias manos para desenterrar ambos cuerpos, pero lo más terrible vendría poco después, cuando una vecina dio un escalofriante declaración.
“Como dos asados hicieron, una que era así como un pedazo de torso, y otro que yo no alcancé a ver, pero era carne de una persona», aseguró tajante. «En esa casa secuestraron a mucha gente”, complementó.
«A mí mamá la asaron, la descuartizaron, la enterraron en el patio, después la enterraron en otro lugar, le faltan partes de su cuerpo. A mi mamá no la pude velar, verle la cara. Que se haga justicia por mi mamá”, clamó Catherine Saelzer, hija de Bernarda Morales.
El Ministerio Público ya pidió presidio perpetuo para Benjamín Bordillo y otros dos acusados, y 10 años de cárcel para una joven identificada como Camila, pareja de Bordillo y sobrina de Arturo.
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