Cuando viajamos, lo primero que nos recibe es un cartel que nos dice “Bienvenidos”, porque aquel lugar nos recibe con agrado. Pero lo que realmente nos abre la puerta no es el letrero, es la tierra que nos llama, la sangre que nos dice que hay algo nuestro esperándonos en ese lugar. Un pescador me lo dijo una vez en El Tirano, al noreste de Margarita: “La sangre a usted lo llamó”, y resonó tanto como mi misión de vida: contar historias. Desde entonces, entendí que cada viaje no…
Leer más