Llega puntual a la entrevista, vestido en forma impecable y pulcra. Saco azul con camisa azul celeste, sin corbata y con zapatos negros, saluda y pide un café. “Preferiblemente sin azúcar” se adelanta a decir, para añadir en seguida un consejo: –“aunque recomiendo que consuman el edulcorante venezolano, que producimos como alternativa, lo considero el mejor del mundo”, lo dice en son de broma, en forma de cuña publicitaria, cierra con una sonrisa.
Se trata de Hadi El Halabi Maklad, un empresario venezolano de descendencia libanesa siria, que ha incursionado en diversas áreas de interés económico y comercial. Desde la agricultura y la ganadería, pasando por el comercio y la producción industrial. El joven rebelde que nunca estuvo de acuerdo con tener una nacionalidad distinta a la venezolana.
Antes de entrar en los temas propios de la entrevista nos comenta un poco acerca de su rutina diaria, asegura que se levanta a las cinco de la mañana, luego de dedicar varios minutos a Dios por medio de la oración, medita y revisa la agenda del día, a veces alterna con ejercicio físico, “cosa que evidentemente no se me da muy bien”, bromea.
Los medios no son lo suyo, aunque hace treinta y seis años sin buscarlo y sin pensarlo tuvo su primera reseña periodística. “Tenía 11 años, al frente del negocio de mi padre coloqué una mesa para vender chocolates” -recuerda-.
“Me levanté por un momento y me dirigí hacia mi padre para pedirle dinero para yo comprar mis propias chucherías, y él me respondió que para qué le pedía dinero si yo tenía a la venta. Y le respondí que sí, pero que ese era mi negocio, y aún era un niño, su obligación era velar por mis gastos. Él sonrió en señal de aprobación y orgullo. Para mí sorpresa, ahí estaba un amigo suyo que era periodista de un diario local. Tomó la escena y escribió una crónica que titulo “El niño que se prepara para el futuro”, y bueno, 36 años después el futuro ha llegado”.
Sus ojos brillan mientras hace memoria de aquella escena. 36 años después el futuro ha llegado y le toca nuevamente hacer frente a un medio de comunicación.
- La pregunta obligatoria en un momento tan critico para el país, en periodo electoral no puede ser otra ¿Cómo ve el país?
- «Lo veo con profundo optimismo, con emoción, con pasión, con amor. Los venezolanos somos un pueblo extremadamente bendecido y afortunado. Si pudiera elegir dónde nacer nuevamente lo haría en esta tierra de gracia, como la llamó Colón al arribar a sus costas. No hay un país que ofrezca las potencialidades y las bellezas del nuestro; conjugadas con el gentilicio amable, compasivo, trabajador y carismático que nos caracteriza», asegura. «Cuando un venezolano le dice a otro “hermano”, es porque realmente lo asume así. De manera que pese al clima de pesimismo que algunas personalidades han intentado imponer, yo pienso que el futuro inmediato venezolano es esperanzador y emocionante. Creo que esas dos frases resumen en forma concreta mi visión del país hoy».
- Muchas personas afirman lo contrario, dicen que Venezuela no es un país para invertir y que la continuidad del actual Gobierno sería una verdadera catástrofe ¿cuál es su opinión al respecto?
- «Una verdadera catástrofe sería dar por cierta esa afirmación. Lo atractivo de Venezuela es que todo está por hacerse, por tanto, no hay un país mejor para invertir que el nuestro. Tenemos la oportunidad increíble de sentar las bases de una nueva economía productiva con desarrollo endógeno, socialmente incluyente y ecológicamente responsable, esa es la tarea», dice con convicción. «Lamentablemente hay quienes creen que promoviendo una campaña de descrédito contra el país, de satanización del sector empresarial que apuesta por nuestra tierra, pues de esa forma lograran dañar el gobierno, sin importarles el daño estructural que pueden estar dándole al país. Si me permites, yo creo que Venezuela hoy cuenta con un sector empresarial consciente de su rol. Pero hay algunos irresponsables improvisando y jugando a querer ser políticos, saboteando esas iniciativas productivas».
- ¿Entonces según su parecer las políticas económicas del gobierno son acertadas?
- «La política económica del Gobierno, como cualquier política no puede responder a un dogma. Debe estar en constante revisión, como dijo Montesquieu “todo cambio es constancia”. Hay experiencias exitosas que se deben replicar a lo largo y ancho del territorio nacional. Te pongo un ejemplo, para hablarte de mi experiencia propia. A mí me toco la honorosa tarea de ser el nuevo administrador del Hato Piñero, hoy convertido en el Hato San Miguel, en el estado Cojedes. Allá en el llano venezolano, en medio de una alianza estratégica entre el sector público y sector privado. Hoy somos una referencia de producción agropecuaria con compromiso social y responsabilidad ecológica. Lo que nos ha permitido reforzar el abastecimiento soberano mediante el incremento sostenido de la producción. «¿Vamos a decir que eso esta mal porque fue una iniciativa surgida en el seno del Gobierno?», se pregunta. «Ese fanatismo que todo lo quiere simplificar anula noticias como esta, y eso es lo que realmente debemos combatir para seguir adelante como país».
El Halabi: «Yo me declaro progobierno»
- ¿Usted se considera un político empresario o un empresario político?
- «Yo me considero un venezolano trabajador como todos, que ama a su patria y trata de dar lo mejor de sí para servirla y para servir a mi familia que es mi pilar. De manera que te diría que no encuadro en ninguna de esas casillas, soy un humilde servidor. En Venezuela para que nuestro país siga siendo grande cada quien debe asumir su papel y su tarea, donde seamos útiles. Ahí es donde debemos estar, sirviendo al prójimo como buenos cristianos. Vengo de una familia humilde y trabajadora, llena de valores y principios, con un ejemplo insuperable, el de mi papá y mi madre. A ambos los perdí estando aún joven, a los 15 años al primero y tres años después la segunda. Un golpe duro que me dio la vida pero que me ayudo a forjar mi carácter y a emprender con mayor creatividad para honrar su legado».
- Pero, es evidente que usted tiene una inclinación progobierno, a pesar de que niega ser político
- No he negado ser político, todos los somos de acuerdo con Aristóteles, “zoon politikón” decía él. Una cosa es ser político, otra diferente es asumirme dentro de las categorías que tú mencionabas hace instantes. Soy una persona que cree en las ideas progresistas, en la justicia social, en el respeto a la dignidad de las personas, en el amor a sus semejantes como nos enseñó Cristo. Crecí escuchando y cantando las canciones de Alí Primera. Creo en las ideas revolucionarias, en la erradicación radical de las injusticias y en la igualdad, si eso es ser progobierno entonces yo me declaro progobierno. Admiro y valoro enormemente el esfuerzo titánico que ha adelantado el Presidente y el equipo económico en medio de un contexto tan hostil para nuestro país. No hay que olvidar que las sanciones han dañado nuestra economía y por ende a nuestro pueblo, porque piensan que ese daño se le hace al Presidente Maduro o la Vicepresidente la Dra. Rodríguez, cuando no es así. Por eso aplaudo todo esfuerzo que ellos adelanten para superar esos obstáculos y hacer de Venezuela un país productivo que supera la cultura rentista y la sustituye por una cultura del trabajo y el esfuerzo.
- ¿Cuál sería su mensaje desde su experiencia personal a la juventud venezolana que hoy cree que el mejor camino es irse del país?
- Los invito a que estudien, se formen. Yo renuncié forzosamente a mi vida universitaria con la muerte de mi madre. Pero creo profundamente en el valor de la formación. Los invito a innovar y emprender. Venezuela debe ser un sueño compartido que debemos construir entre todos y para todos. Los invito a soñar, porque cuando nos atrevemos a soñar y despertamos accionando todo es posible. Apostemos, luchemos y soñemos con aquello que nunca ha sido y preguntemos ¿Por qué no? El día que los venezolanos tomemos consciencia plena de las maravillas que juntos podemos construir nos vamos a asombrar.
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