Horror en Yaracuy: Ahogó a su bebé de dos meses en un tobo con agua

Un bebé de dos meses de nacido, aparentemente, fue asesinado por su propia madre con el consentimiento de varios adultos. El lamentable caso mantiene consternados a los residentes de José Félix Ribas en Chivacoa, estado Yaracuy.

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Debido a este crimen, hay cuatro detenidos. La madre del bebé, la abuela materna y dos tíos paternos del pequeño. El hecho se registró el pasado miércoles, según reseñó Yaracuy Al Día.

La madre del bebé de dos meses lo habría sumergido en un tobo lleno de agua para causarle la muerte. Pero se conoció que antes lo agredió provocándole fracturas en la cabeza. Esta sería una situación que, al parecer, estaba viviendo el bebé desde hacía varios días.

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El día anterior a la muerte del infante, la mujer habría llevado al bebé al Hospital Tiburcio Garrido de Chivacoa, donde indicó que el infante se había caído y golpeado la cabeza. Lo que hizo que perdiera el conocimiento por unos segundos.

Los médicos evaluaron al niño y lo dieron de alta.

LO CONSIGUIERON AHOGADO EN UN TOBO

El miércoles el padre del infante se levantó temprano a trabajar y dejó al hijo durmiendo. Pasadas las horas, uno de los adultos que reside en la casa se percató de que el cuerpo del niño estaba sumergido de cabeza en un tobo, enseguida lo sacaron y lo llevaron al hospital de Chivacoa.

Los galenos indicaron que el niño estaba sin signos vitales, y de inmediato notificaron al CICPC Chivacoa.

De acuerdo con las investigaciones y el resultado del análisis realizado por los expertos del SENAMECF Yaracuy, el bebé tenía lesiones en la cabeza, y probablemente había sido asesinado.

Por esa razón, funcionarios de la policía científica detuvieron a la mamá del niño, a la abuela materna y a dos tíos paternos.

Trascendió que supuestamente la progenitora alega que escuchaba voces que le decían que le causara daños al niño dejándolo caer. Y que hasta la empujaban cuando tenía a su hijo en brazos.

Presuntamente, por esta razón es que el bebé tenía fracturas en la cabeza. Las personas que viven con ella sabían lo que estaba sucediendo, pero, aparentemente, guardaron silencio convirtiéndose en cómplices.

Estas personas alegan que ninguno de ellos le causó la muerte al bebé, y que no se explican cómo apareció ahogado en el tobo.

El papá del pequeño también está bajo investigación.

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