Palestina: Ejemplo de Coraje y Fortaleza para la Revolución Venezolana | Por: Hadi El Halabi

La historia de los pueblos que han resistido la opresión, que han alzado su voz contra la injusticia y que han defendido con firmeza su derecho a existir, nos ofrece lecciones de enorme valor. Palestina, en su lucha constante por la libertad y la dignidad, emerge como un faro de coraje y fortaleza que resuena en las entrañas de cada revolución que aspira a la verdadera liberación. Para Venezuela, en su propia travesía de confrontación contra el imperialismo y la imposición externa, la resistencia palestina se convierte en un ejemplo digno de ser seguido.

La lucha del pueblo palestino no es simplemente un conflicto más en el entramado geopolítico global. Es el reflejo de un pueblo que, durante décadas, ha sido sometido a una ocupación brutal, despojado de su tierra, de su cultura, de sus derechos más básicos. Pero, a pesar de esto, Palestina se ha mantenido firme, con la cabeza en alto, demostrando que la dignidad no puede ser aplastada ni borrada, que la voluntad de ser libres no se extingue ante la fuerza desproporcionada de los opresores.

La revolución venezolana, en su búsqueda por construir una sociedad justa y soberana, encuentra en el ejemplo palestino una fuente inagotable de inspiración. Al igual que Palestina, Venezuela enfrenta la injerencia de poderes que intentan sofocar su autodeterminación, que buscan dividirnos, debilitarnos y rendirnos ante los intereses foráneos. Pero, como los palestinos, entendemos que la libertad no se negocia y que la justicia es un derecho inalienable de los pueblos.

El coraje del pueblo palestino, expresado en cada acto de resistencia, en cada joven que enfrenta a las tropas de ocupación, en cada padre y madre que lucha por un futuro mejor para sus hijos, resuena profundamente en las tierras de Bolívar. Aquí, donde también hemos tenido que luchar contra la explotación, la pobreza y la dominación externa, entendemos el significado de la palabra resistencia. Sabemos que no es una opción pasiva, sino un acto de profunda convicción y valentía.

La unidad es otro pilar fundamental que Palestina nos enseña. A pesar de las divisiones políticas, los palestinos han sabido mantenerse unidos en torno a un objetivo común: la liberación de su tierra. Esa unidad, que supera las diferencias internas, es una lección vital para la revolución venezolana. Hoy más que nunca, es imperativo que todas las fuerzas patrióticas y revolucionarias de Venezuela se cohesionen en un solo frente contra las agresiones y sanciones que buscan doblegar nuestra voluntad. La división solo favorece a aquellos que desean vernos fracasados, rendidos, entregados a los intereses extranjeros.

El ejemplo de fortaleza y resistencia del pueblo palestino es un recordatorio de que la lucha por la libertad no tiene fronteras ni límites. Es una causa común de todos los pueblos que anhelan justicia y dignidad. Así como Venezuela ha brindado su solidaridad inquebrantable al pueblo palestino, debemos también aprender de su capacidad para resistir, para nunca rendirse, para nunca abandonar la esperanza.

En la actualidad, Venezuela enfrenta un panorama complejo y difícil. Las fuerzas que intentan socavar nuestro proceso revolucionario son poderosas, pero no invencibles. Al igual que Palestina, debemos resistir, mantenernos firmes en nuestras convicciones, y recordar que la lucha por la justicia es un camino largo y arduo, pero al final, los pueblos que se mantienen unidos y resisten con coraje, son los que prevalecen.

El pueblo palestino, con su ejemplo de lucha y sacrificio, nos enseña que no hay fuerza más grande que la voluntad de un pueblo decidido a ser libre. Nos recuerda que no estamos solos en nuestra batalla, que la solidaridad internacional es un arma poderosa contra la injusticia. En cada piedra lanzada, en cada palabra de esperanza, en cada acto de resistencia, Palestina grita su verdad al mundo: la justicia puede tardar, pero siempre llega para aquellos que se atreven a luchar.

Es hora de que los venezolanos, en nuestra lucha por la soberanía y la dignidad, miremos a Palestina y aprendamos de su ejemplo. Que su coraje nos inspire a nunca ceder ante la adversidad, a nunca aceptar la opresión, y a seguir adelante con la convicción de que, al igual que el pueblo palestino, venceremos.